¿Qué son los medicamentos preventivos?

Los medicamentos preventivos ayudan a las personas con anemia falciforme a estar bien y a evitar problemas. Estos medicamentos son la hidroxiurea, el crizanlizumab, y la L-glutamina.

5 preguntas que puedes hacerle a tu equipo de tratamiento sobre los medicamentos preventivos

Si tu médico te recomienda un medicamento preventivo, es una oportunidad de asumir el control de tu salud. A continuación, encontrarás preguntas que puedes hacerle al equipo de atención para decidir qué es lo más conveniente en tu caso:

1. ¿De qué manera me pueden ayudar los medicamentos? Quienes tienen la enfermedad de células falciformes y toman medicamentos preventivos suelen tener menos dolores y más energía. Estos medicamentos pueden prevenir los problemas de la enfermedad de células falciformes porque ayudan a los glóbulos rojos a mantener su forma redondeada y esponjosa, a recorrer el cuerpo sin atascarse y a durar más tiempo. Pregúntale a tu médico cuáles son los beneficios que tú podrías obtener.
2. ¿Cómo se toman los medicamentos? Los medicamentos pueden ser píldoras, líquidos o venir en otro formato. Algunos se deben tomar todos los días mientras que otros se toman una vez al mes. Pero todos se deben tomar a largo plazo y de forma regular. Habla con tu médico para ver cuál es el medicamento más adecuado para tu estilo de vida.
3. ¿Es posible que tenga efectos secundarios? Incluso cuando un medicamento actúa según lo esperado, algunas personas experimentan efectos no deseados, como malestar estomacal o dolor de cabeza. La mayoría de los efectos secundarios son leves. Pregúntale al médico qué puedes esperar y qué hacer si tienes un efecto secundario.
4. ¿Cuánto cuesta el medicamento? En algunos casos, el medicamento no tiene ningún costo. Esto depende de tu seguro de salud. Pídele ayuda al equipo de atención médica para comprender los costos de las diferentes opciones de medicamentos.
5. ¿Cómo puedo tomar la decisión? Piensa cuáles son los beneficios más importantes para ti y cuáles son los efectos secundarios o los riesgos que más te interesa evitar. Habla con el equipo médico y con las personas que te acompañan para evaluar los pros y los contras. De esta manera, podrás tomar una decisión con la que te sientas cómodo.