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Para Adolescentes

El rechazo y cómo superarlo

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La vida consiste en intentar cosas. Y, cuando lo hacemos, el rechazo siempre es una posibilidad.

Sea grande o pequeño, el rechazo nos afecta a todos

No hace falta que el rechazo sea por cosas importantes, como que no te acepten en tu universidad preferida, no te seleccionen para el equipo deportivo que más te interesa, o no tengas pareja para ir al baile de fin de curso. También puedes sentirte rechazado en situaciones cotidianas, por ejemplo si tu chiste no ha hecho gracia, si nadie se acuerda de guardarte sitio en la mesa a la hora de comer o si la persona que te gusta de verdad habla con todo el mundo salvo contigo.

Sentirse rechazado es lo contrario a sentirse aceptado. Pero el hecho de que una persona reciba un rechazo (algo que a todos nos ocurrirá algunas veces) no significa que no la aprecien, valoren o consideren importante. Solo significa que, una vez, en una situación y con una persona en concreto, las cosas no han salido bien.

El rechazo duele. Pero es imposible evitarlo por completo. De hecho, no sería bueno hacerlo: las personas que tienen demasiado miedo al rechazo pueden no atreverse a intentar algo que desean. Desde luego, evitan el rechazo, pero también tienen absolutamente garantizado que nunca conseguirán lo que desean porque no se atreven a intentarlo.

Cómo afrontar el rechazo

Cuanto mejor aprendemos a manejar el rechazo, menos nos afecta. Por lo tanto, ¿cómo puedes desarrollar la capacidad de afrontar el rechazo?

He aquí algunas ideas:

Sé sincero

Comencemos por los sentimientos: si te sientes rechazado, reconócelo ante ti mismo. No trates de ignorar el dolor o fingir que no te duele. En vez de pensar "No debería sentirme así", piensa que es normal sentirse como tú, dada tu situación.

Percibe la intensidad de tus sentimientos. ¿Te ha disgustado mucho este rechazo? ¿O solo un poco? Llora si quieres: es una forma natural de desahogarte.

A continuación, pon nombre a lo que sientes. Por ejemplo: "Me ha decepcionado mucho que no me hayan elegido para la función escolar. Me hacía muchísima ilusión y me he esforzado un montón. Me siento excluido porque mis amigos lo han conseguido y yo no".

Si lo deseas, explica a alguien qué ha sucedido y cómo te sientes. Elige a una persona que te escuche y te apoye.

Contárselo a alguien puede ayudarte por dos motivos:

  1. Es posible que te tranquilice saber que alguien comprende por lo que estás pasando y cómo te sientes.
  2. Te obliga a poner tus sentimientos en palabras.

Tanto si decides compartir tus sentimientos con otra persona como si prefieres pensar sobre ellos a solas, reconocer cómo te sientes puede ayudarte a superar emociones dolorosas.

Sé positivo

Cuando nos enfrentamos a una emoción dolorosa como el rechazo, es fácil que nos quedemos anclados en lo mal que nos sentimos. Pero, si pensamos en lo negativo de forma obsesiva, podemos tener la sensación de que revivimos la experiencia una y otra vez. No solo seguirá haciéndonos daño sino que, además, nos resultará todavía más difícil superar el rechazo.

Por lo tanto, admite cómo te sientes pero no te obsesiones con ello. Evita hablar o pensar en ello a todas horas. ¿Por qué? El pensamiento negativo influye en lo que esperamos y en cómo actuamos. Quedarnos anclados en una actitud negativa puede incluso provocar más rechazo. Desde luego, no inspira a nadie a intentarlo de nuevo.

Examina tus pensamientos

Pasemos ahora a lo que piensas. Reflexiona sobre cómo te explicas el rechazo que has recibido. ¿Estás siendo demasiado duro contigo mismo? Es natural preguntarse "¿Por qué me ha ocurrido?" Cuando te des una explicación, procura atenerte a los hechos.

Dite: "La persona con quien quería ir al baile de fin de curso me ha rechazado porque no quería ir conmigo". No te digas: "La persona con quien quería ir al baile de fin de curso me ha rechazado porque no soy atractivo" o "porque soy un pringado". Esto no es atenerse a los hechos, sino imaginarse un motivo y dar demasiada importancia a la situación. Si te asaltan pensamientos despectivos como estos, quítatelos de la cabeza.

Echarnos la culpa o hacernos de menos puede exagerar nuestros errores e inducirnos a creer cosas sobre nosotros que, simplemente, no son ciertas. Este tipo de pensamientos nos impide tener esperanza y creer en nosotros, justo las cosas que necesitamos para dejar de sentirnos mal y desear intentarlo de nuevo.

Si empiezas a echarte la culpa por el rechazo o a hacerte de menos, puedes empezar a creer que siempre te rechazarán. Pensamientos como: "Nadie querrá salir conmigo" o "Nunca caeré bien a nadie" elevan un simple rechazo a la categoría de catástrofe. El rechazo puede hacer mucho daño y ser tremendamente decepcionante, pero no es el fin del mundo.

No perder la perspectiva

Dite: "Es cierto, esta vez me han rechazado, pero es posible que la próxima vez me digan que sí" o "Vale, ha ocurrido así. No es lo que quería, pero ¿qué le vamos a hacer? A todo el mundo lo rechazan alguna vez. Y puedo intentarlo de nuevo".

Piensa en cosas que se te dan bien y en tus cualidades. Recuerda las ocasiones en que te han aceptado, has estado a la altura y te han dicho que sí. Piensa en todas las personas que te aprecian y apoyan.

Reconócete el mérito de haberlo intentado. Te has arriesgado. ¡Bien hecho! Recuérdate que eres capaz de superar el rechazo. Aunque esta vez te hayan rechazo, habrá otra oportunidad, otra ocasión. Adopta una actitud filosófica: a veces, las cosas ocurren por motivos que no siempre comprendemos.

Saca provecho del rechazo

El rechazo es una oportunidad para considerar si hay cosas que se deberían trabajar. Está bien plantearse si uno podría dar más de sí o si sus metas estaban por encima de sus habilidades.

Si tus habilidades no han bastado esta vez, quizá tengas que entrenar más, estudiar más, prepararte mejor para hacer entrevistas o lo que sea necesario para que tengas más probabilidades de que te acepten la próxima vez. Utiliza el rechazo como una oportunidad para mejorar.

A veces, el rechazo es un duro baño de realidad. Pero, si lo enfocas bien, puede ayudarte a orientarte en una dirección que resultará perfecta para tus aptitudes, tu personalidad y todas las virtudes que te definen como persona.

Reviewed by: KidsHealth Medical Experts

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