Una amigdalectomía es una cirugía para extirpar las amígdalas. Las amígdalas son unas masas de tejido ubicadas a ambos lados de la parte posterior de la garganta que ayudan al sistema inmunitario a proteger al cuerpo de las infecciones.
La amigdalectomía es una de las cirugías más comunes en niños y adolescentes.
A los niños se les suele hacer una amigdalectomía por los siguientes motivos:
El profesional del cuidado de la salud le hará saber si su hijo debe dejar de tomar algún medicamento en las semanas previas a la operación. También le dirá en qué momento debe dejar de comer y beber su hijo porque el estómago debe estar vacío el día de la cirugía.
Las operaciones, aunque sean frecuentes y sencillas, pueden asustar a los niños. Ayude a su hijo a prepararse hablando de lo que puede esperar.
Un cirujano de oídos, nariz y garganta estará a cargo de la cirugía, mientras su hijo se encuentra bajo el efecto de anestesia general. Esto significa que un anestesiólogo mantendrá a su hijo cómodamente dormido y seguro durante el procedimiento.
La cirugía se hace a través de la boca abierta del niño. No se realiza ningún corte en la piel y no quedan cicatrices visibles.
Los dos tipos principales de amigdalectomía son los siguientes:
A veces, cuando extirpan las amígdalas, los médicos también extirpan las adenoides.
Por lo general, puede quedarse con su hijo hasta justo antes de la cirugía. Podrá ver a su hijo nuevamente cuando este se despierte de la anestesia.
Su hijo se despertará en el área de recuperación. Muchos niños vuelven a su casa el mismo día, pero algunos pasan la noche en el hospital. En general, los niños menores de tres años y los que tienen problemas de sueño graves (como apnea) permanecen en el hospital durante la noche.
Según el tipo de cirugía que se haya realizado, la recuperación de la amigdalectomía puede llevar una semana o más. Es normal que haya dolor y molestias después de la extirpación de las amígdalas y esto puede hacer que a los niños les resulte difícil comer y beber.
Cualquier operación supone riesgos, como infecciones y problemas con la anestesia.
A veces, los niños se deshidratan porque no beben lo suficiente cuando vuelven a su casa y tal vez necesite regresar al hospital para que le administren líquidos.
En casos excepcionales, puede haber una hemorragia durante la operación, inmediatamente después de ella o hasta dos semanas más tarde. Llame al médico inmediatamente si su hijo tose, vomita o escupe sangre de color rojo brillante o coágulos de sangre. Quizás los médicos necesiten realizar otro procedimiento para detener la hemorragia.
Dele a su hijo medicamentos para el dolor (o analgésicos) siguiendo las indicaciones del profesional del cuidado de la salud.
Los niños deben descansar en el hogar durante unos días después de la cirugía y llevar una vida tranquila durante un par de semanas. Pueden regresar a la escuela o la guardería una vez que puedan comer normalmente, estén durmiendo bien y no necesiten medicamentos para el dolor.
Ofrézcale abundantes líquidos y alimentos blandos, como sopa, gelatina o puré de papas, hasta que el niño esté preparado para comer alimentos sólidos.
Llame al médico si su hijo:
Llame al médico inmediatamente si su hijo vomita sangre o algo similar a granos de café, o si tiene dificultades para respirar.
Después de una amigdalectomía, los niños pueden continuar teniendo resfriados, dolor de garganta e infecciones en la garganta. No tendrán amigdalitis, a menos que las amígdalas vuelvan a crecer, pero esto es muy poco frecuente.
Si bien las amígdalas forman parte del sistema inmunitario, su eliminación no afecta la capacidad del cuerpo para combatir las infecciones. El sistema inmunitario tiene muchas otras formas de combatir los gérmenes.
Reviewed by: Patrick C. Barth, MD
Date Reviewed: Jan 1, 2024
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